lunes, 6 de diciembre de 2010

El valor y el poder de la palabra

Hoy al mediodía pasé por una parada de cole y vi a tres chicas sordomudas charlando entre ellas y riéndose mucho. Seguí caminando y mi cabeza hizo una pausa en el momento que acababa de ver, y empecé a pensar...

El lenguaje de señas no debe ser muy fácil y requiere de una habilidad especial para gesticular y lograr expresar lo que uno está pensando, y en "cómo" lo está pensando. Pienso en qué será el equivalente a una exclamación, a ponerle énfasis o melancolía a una frase, pienso en cómo dirán algo irónicamente...

Calculo que se torna más difícil, e imagino que una persona que no puede hablar debe resumir bastante sus pensamientos a la hora de expresarse.

Entonces pensé, cuántas palabras debemos desperdiciar a lo largo de nuestras vidas, cuántas en criticar, algunas otras en herir a alguien que queremos, cuántas en hablar "de más", cuántas en discutir o en gritar frases de enojo... cuántas??

Creo que si existieran dos situaciones tales como: que "Don Moderador" nos cobre por palabra emitida, o si supiéramos que las cuerdas vocales tuvieran una vida útil determinada; nos cuidaríamos mucho más, seleccionaríamos y filtraríamos mucho antes de hablar... estaría bueno, no?

Alguna vez leí una frase que decía algo así como "hablá con palabras dulces, por si acaso tienes que comértelas"...

Pensemos más, hablemos menos cuando las palabras que surjan no valgan la pena.

... no recuerdo haber casi discutido con papá en sus últimos seis meses, después de haber perdido la voz...

domingo, 7 de marzo de 2010

Tarde de paz absoluta y reflexiones!

Bueno, otra vez inspirada!
Esto lo escribí ayer a la tarde, después de un ratito de sol y meditación en el Parque de Paz, visitando a papá. Acá va:

"
Vine a visitar a Papá. Nunca lo programo, vengo muy poco, pero cuando lo hago me surge de golpe, algo así como una necesidad, aunque sin ninguna causa (o al menos consciente).

Podría decir que éste es uno de los pocos lugares en los que me siento real y CONSCIENTEMENTE viva, y no por la contraposición obvia que implica el lugar. Sino porque en el momento en que me siento o acuesto en el pastito hago una pausa en mi vida, en la que me abstraigo de todo y de todos. En la que analizo mi vida, mis decisiones, mis problemas, mis metas. Es como que veo todo desde una distancia desde la cual puedo darme cuenta de otras cosas, otras prioridades, otros caminos, otras formas, otras cuestiones para valorar...

Poco y simple es lo que se ve y escucha, pero mucho y enorme es el efecto: muchísimos pajaritos, algunos que cantan y otros que bajan y andan por ahí; llamadores de ángeles de todas las formas, colores y sonidos; música funcional con mucho organito; algún que otro avión que pasa o algún auto que bordea el predio; el viento que genera el sonido que no tiene a través de árboles gigantes; mucho arbustito y pinito bebé; mariposas blancas, muchísimas!; bichos bolita; algún gallo simpático gritando desde o lejos...

Parece un lugar mágico: no hay mosquitos, las hormigas no pican!, no hay gritos ni peleas, no hay sufrimiento, ya no. En mi caso solo hay paz, reflexión, descanso, tranquildad...

Y después de mi ratito de relax me voy renovada, con ganas de más!, de vivir más y mejor, de disfrutar aún más. Y, dentro de un tiempo -aunque nunca sepa cuánto-, volver acá a recargarme de Papá.

Agradezco a mis genes, a mi crianza y educación, a mi hermosa familia y amigos, a mi psicóloga!, la gran fortaleza que tuve para elaborar la realidad que me tocó, y que hoy me permite vivir plenamente, sabiendo disfrutar y aprovechar al máximo las oportunidades y momentos de mi vida.

"

Bueno, es todo! y lo quería compartir con quienes disfrutan de leer mis pequeñas reflexiones. Gracias!

OTR: gracias pa por prestarme tu plaquita para apoyar la hojita en la que escribí esto. Te amoooooo!!! :D